jueves, 8 de mayo de 2014

Reseña: Psychos, zombies y otras catástrofes

Las aventuras de Jorge Antonio, UV y Alicia continúan. Tras unos meses de haber leído "Amor, zombie y otras desgracias", decidí darle una oportunidad a la segunda parte.

     Los no muertos se han adueñado de la Ciudad de México. Jorge Antonio, UV y Alicia creen estar completamente solos. El hambre se apodera cada vez más de nuestros protagonistas. Tienen hambre y tarde o temprano tendrán que abandonar la casa de Alicia para encontrar comida. La tarea no es fácil, además de las calles repletas de zombies, se dice que hay un grupo de personas enloquecidas que satisfacen su hambre con carne humana, ¿será esto cierto?



     Si el primer libro me mantuvo entretenido como mencioné en mi vídeo sobre "Amor, zombie y otras desgracias", este segundo me pareció genial. Todos los clichés y aspectos predecibles que señalé respecto al primer tomo de esta historia desaparecieron. La forma de describir los pensamientos de los personajes que tanto me molestaban desaparecieron casi por completo.

    La trama fue desarrollándose gradualmente, poco a poco se fue haciendo más interesante pero sobre todo, más catastrófica. Los protagonistas han madurado y evolucionado considerablemente y al desaparecer todos y cada uno de los personajes insoportables en la primera parte, esta segunda se vuelve muy fácil de llevar.

    Un aspecto que me fascinó es el hecho de conocer y reconocer la mayoría de los lugares que se mencionan en este libro. Desde el metro de la Ciudad de México -mi ciudad- hasta el Centro Cultural Universitario de C.U. También cabe mencionar que del primer libro señalé que la historia no era creativa, sino la forma en la que estaba contada, comentario que queda fuera de lugar frente a esta segunda parte. Ahora si puedo decir que la historia se tornó auténtica.

     Quiero remarcar que considero que este libro no está bien clasificado. A pesar de la edición tan infantil con que está elaborado, la historia no es en lo absoluto para niños pequeños. No debería venderse con los libros infantiles. Si bien no es un libro que te quite el sueño, ni hace que te orines en los pantalones, es verdad que tiene ciertos aspectos que sin duda alguna deberían permanecer ausentes en la vida de niños menores de 12 años. Al menos, así lo veo yo.



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